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lunes, 9 de mayo de 2016

La oscuridad

Entonces cae el sol y de repente me siento feliz. Me acorrala la oscuridad, pero me siento segura... No me da miedo. Desde pequeña he aprendido a amar a la oscuridad, pues siempre cierro los ojos y ahí está, muy clara y oscura. Aún no comprendo cómo es que otros pueden temerle tanto, si vive dentro de ellos. ¿Será que no se conocen a sí mismos? ¿Será que no saben que no existe un abismo más oscuro que su propio interior? ¿Será que no lo saben? Desde niños el mundo nos inculca que el negro es el color de la tragedia, de la tristeza, de los días de luto... pero, ¿Qué no es el color del cielo en la noche? Sino fuera por ese color, las estrellas no podrían brillar tanto, ni la luna sería tan especial. La noche parece muchas veces ser más brillante que el día, y más cuando tus sentimientos van acorde al color. La noche se ha convertido en mi tiempo favorito, las estrellas mi espectáculo favorito y la luna mi mejor compañía. Soy feliz gracias a la oscuridad, que aunque parece ser donde se oculta el vacío, es donde se encuentra el amor y el entendimiento un poco escondidos. Se escapan ambos conmigo cada vez que respiro, porque son ellos quienes me mantienen consciente, quienes me mantienen viva. 

Mayo 9

Han pasado meses desde la última vez que colapsamos... Hemos hablado luego unas cuantas veces, ahora somos extraños. ¿No? Te observo cambiar, aunque no me guste admitirlo, te observo convertirte en otra persona... No de cerca, claro... Sino que te observo desde el panorama. Vas coleccionando nuevas aventuras, personas, corazones, interiores... Vas viviendo, mientras yo te observo. Así una vez me dijiste "Vive tu vida, yo viviré la mía y nunca olvides que estaré aquí para lo que necesites." Pero no te necesito. No te considero necesario, eres un simple capricho mío. Que te quiero, carajo. Te quiero pegado a mi mente y a mi cuerpo, te quiero entre mis raíces y entre mis ramas, que te quiero en mi vida... Pero ya no eres la persona que yo conocía. El patrón de la colección que tenías, esa que me tomé el gusto de aprenderme de memoria, ha cambiado demasiado. Te han dejado de gustar las cosas que te gustaban antes, y las cosas que detestabas, ahora las aceptas y hasta las incluyes en tu diario vivir. Talvez yo también soy una de esas cosas de tu vieja colección que has cambiado, que te han dejado de gustar... Qué miedo. Qué miedo que tú lleves una nueva vida y yo la misma, pero con los ojos pegados a la tuya. Me da pena admitir lo mucho que me ha costado olvidarme de nosotros. No he podido besar a nadie, ni tocar a nadie, ni siquiera hablar con nadie. Fuiste tú. Idiota, maldito, venenoso amor. Me regalaste orgullo, y miedo a volver a enamorarme, a abrirme con alguien más. Pienso que todos serán como tú, que me llenarán de vida, para luego llevarse mi alegría. Que me arrancarán el alma con garras. Ahora vivo tras barrotes invisibles que no me dejan escapar de tu vista. Me encuentro en un cuarto lleno de arte que me recuerda a ti porque por ti fue que lo creé, acurrucada en una esquina, con los ojos llorosos, la mente despeinada y las manos en las teclas de la computadora, mientras escribo todos y cada uno de los pensamientos que corren por mi mente sobre ti. A veces me gusta pensar que te he superado, que ya no te extraño como antes, que ya no te pienso... pero no logro mentirme. Sí que te extraño, aunque no necesariamente quiero que vuelvas a mi vida, porque tengo claro que no eres la misma persona de la que me había enamorado, o talvez nunca lo fuiste, sino que me enamore de quien creía que eras... Te dejo de necesitar un poco más todos los días, olvido como se siente que te arranquen de mi pecho sin un "Adiós", pero con un simple "Hasta luego" que me llena de falsas esperanzas y luego de muchas desilusiones. Nunca podría odiarte, pero me gustaría olvidarte... Que fueras un extraño, que no puedas ni tengas el poder de hacerme daño... porque lo haces aun cuando ya tú me has olvidado, cuando tú no te das cuenta, cuando ni siquiera me piensas. Yo soy la sombra de quien antes era: una niña solitaria pero absolutamente feliz que se adentró completamente en un universo que nunca existió... El universo de nuestra ilusión. Quisiera dejar de quererte, pero luego te recuerdo, y me llegas a la mente hasta en sueños que me hacen pensar en cómo éramos, en lo muy conectados, en la puta distancia y cercanía. Lo echamos a perder. Todas esas horas que pasábamos hablando y riendo, donde yo seguía cayendo más y más profundo en el abismo de tus mentiras. Eché a perder el corazón completo que tenía, que ahora lo debes tener tú en tu colección de corazones rotos, o talvez ya lo botaste porque te dejó de gustar... Espero encontrar mi alma pronto, y amarme más que nunca, llenarme de valor, comenzar a vivir de verdad. Desde hoy me prometo comenzar la búsqueda de la felicidad, no volveré a tus pies ni aunque realmente te necesite. Yo valgo un amor incondicional, no uno a medias. Yo valgo una vida eterna, no unos años de pasatiempo.