Dentro del caos te encontré
Causante de lágrimas y dolor
Egoísta ciego que renuncia a concientizar
Alma vaga que ya no quiere respirar
Centro de la calma de tantos
que le dice “Adiós” a la vida
E invita a la muerte a entrar en él.
Criminal.
Criminal que quiso matar posibilidades…
Probabilidades de conocerme,
de quererme, de amarme,
de encontrar en mi lo que en ti aún no estaba.
No quisiste esperar por la razón
y en cambio mataste a la esperanza.
Mataste a tu padre,
que te encontró atado con nudos
que eran un pasaporte al más allá
& fue él quien te haló de vuelta a la vida.
Mataste a tus hermanitos
que aún no saben nada,
pero estuvieron tan cerca de no volver a verte.
Mataste a tus tíos, primos, abuelos
que hoy sufren, y lloran, y se levantan
con un vacío inmenso en el pecho…
pero más que nada, me mataste a mi…
que aún no conocía tus pasatiempos,
tus sueños, tu manera de hablar, tu pensar,
tu voz mañanera, tus susurros secretos,
el olor de tu pelo, el color de tus ojos,
el sabor de tus labios,
el palpitar de tu corazón cuando me acerco a ti…
y aún así, mataste tu latir para que yo así
nunca lo pudiera acelerar, o tan solo escuchar.
Te levantaste en un cuarto blanco lleno de extraños
que hablaban a lo lejos y aplaudían por tu llegada,
dijiste que fue como una película,
que no entendías lo que pasaba.
Pues aquí te explico, la vida no quiso perder.
El universo conspiró para que tu intento no funcionara.
El universo conspiró para devolverme las posibilidades
de acelerar, amar, y cuidar a ese corazoncito que quiere latir.
Tú invitaste a la muerte, & esto aún no te lo han dicho
pero la muerte llegó….
Solo que la vida le gritó a tu padre que te salvara, y llegó
justo a tiempo para tener una batalla con la muerte
en la cual triunfó… pero aún así, no logra dormir por la ansiedad, porque piensa que aún amas la idea de irte.
Piensa que volverás a invitar a la muerte, que intentarás matarnos a todos otra vez… Te conocí una semana luego.
Una semana luego de tu muerte. Dices que sientes que volviste a nacer, & que soy una gran razón por la cual considerar a la vida un hogar.
Amor, deja que el mundo sea el cielo al que quieres ir.
Déjame enseñarte que no hay que morir para sentir que estás en el más allá… Déjame servirte de razón para vivir.
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